Conectan con la naturaleza. La madera y la lana son materiales naturales que responde a las expectativas biológicas que tienen los niños al nacer, les permite aprender el mundo que los rodea a través de relaciones de confianza y verdad al palpar y sentir sustancias vivas, nobles y naturales.
Generan conciencia a través de su peso. Los juguetes de madera generan mayor conciencia en las manos de los niños, ya que estos poseen mayor peso que los juguetes de plástico y por lo tanto los niños deben sujetarlos con mayor firmeza, desarrollando a su vez el sentido del tacto y la motricidad.
Estimula el sentido del tacto. Los juguetes de madera y lana estimulan el sentido del tacto, al poner al niño en relación con elementos orgánicos de diversas texturas, ofreciendo a su cerebro diferentes sensaciones al jugar. Favorecen la imaginación. Los juguetes fabricados con materiales orgánicos como madera y lana, favorecen en el niño el desarrollo de la fantasía creadora y la imaginación, ya que al no ser tan estructurados, el niño puede darles diversas funciones y variar así su juego. Acompañan al niño durante distintas etapas de su crecimiento. Los juguetes de madera, al ser menos estructurados, pueden acompañar al niño en las diferentes etapas del desarrollo, solo que con nuevos usos y mayor complejidad en su juego.